La jardinería no puede pasar desapercibida ante la búsqueda de la sostenibilidad. El jardín está inmerso en el Medio Ambiente en que vivimos, para mejorarlo es necesario conocer algunos conceptos y saber cómo empezar.
A medida de que se evidencian las consecuencias ocasionadas por las actividades del hombre sobre el planeta, son cada vez más las personas que buscan cambiar sus conductas habituales por otras, más conscientes y respetuosas del ambiente.
En la jardinería, por su directa relación con el medio, se evidencia de modo claro la búsqueda de mejorar el actual estado de las cosas.
La realización de un jardín que tienda a ser sostenible requiere de una atenta observación del entorno y de una buena planificación. Hay que sentarse a contemplarlo, porque el mayor trabajo lo hará la naturaleza.
Algunos de los aspectos que evalúa un proyecto que busca una relación armoniosa con el entorno son: el aprovechamiento eficiente del agua, la protección del suelo, promover la presencia de aves e insectos, y la economía de recursos para su mantenimiento.
¿Por dónde empezar?
- Realizar una planificación cuidadosa de los sectores, para agrupar las plantas de acuerdo con sus requerimientos de atención.
- Uso racional del agua, sectorizando el parque conforme a las necesidades hídricas de las plantas; agrupar las especies teniendo en cuenta ese criterio y prever los diferentes sistemas de riego para cada zona.
- Reutilización del agua, mediante la recolección de lluvia y/o el tratamiento ecológico de aguas servidas para ser usadas en el riego.
- Reaprovechar los desechos del jardín, que serán usados en el compost o en mantillos, o como chips.
- Proteger el suelo, cubriéndolo con mantillo u otros materiales existentes en el lugar.
¿Qué variedad de plantas llevan estos jardines?
En cuanto a las plantas, las que ofrecen una opción más efectiva para estos jardines son las autóctonas. Ya que además de estar adaptadas al ambiente del lugar, son más resistentes a las plagas que las especies introducidas. Existe una increíble cantidad con valor ornamental, que cubre casi todas las necesidades de un diseño. Tal vez el mejor consejo para cuidar el medio ambiente sea, sencillamente, plantar un árbol. Además de la sombra agradable que proyectan, los árboles contribuyen a limpiar la atmósfera y, si se ubican en lugares estratégicos cerca de la casa, hasta pueden ayudar a reducir el uso de aire acondicionado, ya que la corriente que atraviesa su sombra es mucho más fresca que la que podría llegar desde el pavimento.
Por fortuna, es cada vez más frecuente encontrar viveros productores que se animan a experimentar con las plantas propias del lugar. Es cierto, que éste es un punto delicado, ya que para alentar la producción de dichas especies debe existir una demanda que justifique la inversión. Pero -sin intento de hacer futurología- creo que el panorama es alentador para los dos lados de la cadena.
Cada vez es más fácil encontrar plantas nativas a la venta, y es claro el creciente interés de muchas personas, agrupaciones y redes interesadas, que ayudan a la difusión de estos conceptos.
Esta nueva relación con el entorno, que nos demanda la realidad, es una oportunidad que vale la pena. Mirando la naturaleza con atención, veremos que allí se encuentra el más perfecto ejemplo de sustentabilidad.
¿Qué son los techos verdes?
Un techo verde no es uno lleno de macetas, sino que se trata de aquellas azoteas de casas o edificios que están parcial o totalmente cubiertas de vegetación, ya sea directamente sobre su superficie o en un medio de cultivo apropiado. Estos techos cumplen una función ecológica, ya que, por un lado, las plantas contribuyen a purificar el aire, además de lo cual funcionan como un aislamiento que en verano permite usar menos el aire acondicionado. También prolongan la vida útil del techo y actúan como barrera acústica. Para su instalación existen distintos sistemas, aunque en todos los casos deben incluir una membrana (que garantice larga vida y sirva de barrera a las raíces), plantas especialmente seleccionadas, un medio de cultivo artificial y un sistema de filtrado y drenaje. Poco se conoce esta práctica en nuestro pais.
5 claves del jardín sustentable
Seguramente pensabas que todos los jardines son verdes y sostenibles pero no siempre es así. Algunos tienen un impacto negativo en el ambiente, por ejemplo, atraen plagas o consumen grandes cantidades de agua.
¿Cuál es la diferencia entre un jardín convencional y uno sostenible? En el convencional, la atención se centra en la estética y no siempre se considera el ahorro de recursos o el uso de plantas adecuadas a la zona. En el jardín sostenible, se crean espacios bellos pero se adaptan a las condiciones naturales del lugar, no se desperdician recursos y se respeta el entorno.
Tener un jardín sostenible no significa tener espacios menos agradables o de mayor costo. No representa gastos extras, al contrario, se trata de optimizar recursos.
1. El agua: aprovéchala al máximo. La mejor hora para regar las plantas es por la mañana, cuando está fresco, no hay sol, ni viento. La evaporación se reduce y no hay desperdicio. Para aprovechar el agua de lluvia puedes instalar canales desde el techo que la dirijan hacia un pequeño depósito o una fuente con sistema de reciclaje.
2. Las plantas: considera el uso de plantas nativas, ya que se adaptan mejor al clima del lugar y necesitarán menos riego. Para tener un jardín vistoso todo el año, elige plantas que florezcan en distintas épocas. Pregunta por especies autóctonas de la región que sean repelentes naturales de algunos insectos. Con una buena selección de plantas puedes hacer más eficiente el uso del agua hasta en 40%.
3. Huerto en casa: los jardines sustentables también consideran espacios cultivables. Si decides crear tu propio huerto, toma nota: las leguminosas son especies que mejoran el suelo con su aporte de nutrientes. No olvides incluir plantas medicinales o especias útiles en la cocina, incluso, algunas hortalizas o frutales.
4. Fertilizantes y pesticidas: los de tipo sintético son la principal causa de contaminación del agua. Opta por fertilizantes sustentables orgánicos, creados a partir de fuentes locales. Otra opción es elaborar tu propio compost. No fertilice en exceso, cuanto más fertilizante emplee, más agua necesitará y, por otro lado, la planta tiene una capacidad limitada para absorberlo. Además, los fertilizantes suelen tener un origen petroquímico, con lo cual durante su fabricación se emiten gases de efecto invernadero.
5. Iluminación: selecciona lámparas que trabajen con celdas solares o focos ahorradores. También puedes instalar sensores de movimiento.
Fuente original: diarioecología
No hay comentarios:
Publicar un comentario