El ph es una característica muy importante que tienen todas las tierras, los sustratos para macetas, jardineras, etc. y las aguas de riego. La definición, si no tienes conocimientos de química, no te dirá nada.
El pH se expresa con un número y puede estar comprendido entre 1 y 14, pero en el 99% de los casos estará entre 3 y 9.
- Suelo ÁCIDO tiene un pH menor de 7.
- Suelo NEUTRO tiene un pH igual a 7.
- Suelo BÁSICO o ALCALINO: pH mayor de 7.
Por tanto, si decimos: “Este suelo tiene un pH 6″; significa que es ácido. O: “Este suelo tiene un pH 8,2″; significa que es básico o alcalino. El pH neutro, aunque se indique el 7 como valor teórico, normalmente se considera neutro si está entre 6,5 y 7.
El mejor pH para la mayoría de las plantas oscila entre 6,5 y 7, es decir, neutro. Algunas, llamadas acidófilas, lo prefieren inferior a 6, y otras (calcícolas), son felices con un pH superior a 7.
¿Cómo se determina el pH?
He mencionado antes tres pH’s:
- El pH del suelo
- El pH del sustrato (los usados para macetas, jardineras, etc.)
- El pH del agua de riego
La determinación en el caso de una tierra o sustrato se puede hacer de las siguientes formas (para aguas, lo tienes un poco más abajo):
- Puedes llevar a analizar la tierra a un laboratorio de suelos. Es lo mejor, pero no se suele hacer a nivel de jardín particular.
- Usar unos kits económicos que traen unos reactivos para echar a una muestra de tierra y comparando color averiguar el pH. El pH puede ser ácido, neutro o alcalino. Si es alcalino, lo más probable es que contenga mucha cal (suelo calizo).
- Coger un poco de tierra, echarla en un vaso con agua destilada, remover bien y al cabo de un rato introducir en el líquido una tira de papel o de cartón indicadora de pH (venta en farmacias, por ej.). Según el color que tome tendrás si es ácido, neutro o alcalino.
- Verter vinagre, ‘Sulfatán’ (producto de limpieza) o ácido clorhídrico diluido sobre una muestra de tierra. Esto ofrece una estimación aceptable por la reacción que produce:
Si la efervescencia que se produce es fuerte, se dice que el pH es mayor de 7,5 y el suelo es alcalino o calizo.
Si la efervescencia es pequeña (algunas burbujitas), el pH rondará 7.
Si no produce efervescencia (no salen burbujitas) es un suelo de pH neutro (pH 6,5-7) o ácido (pH menor de 6,5).
Para saber el pH del agua de riego puedes:
- Llevar una muestra a un laboratorio que analicen aguas.
- Usar papel de tornasol.
- Emplear unos instrumentos llamados ph-metros, aunque hay que tenerlos bien calibrados para que sean fiables.
¿Para qué es interesante saber el pH de un suelo, sustrato o agua de riego?
El pH influye en el suelo o sustrato en varios aspectos, pero el más significativo y el que vamos a estudiar aquí es en la disponibilidad de nutrientes. Es decir, la influencia del pH en la mayor o menor cantidad de nutrientes (Fósforo, Potasio, Hierro, Cobre, Boro… hasta 13) que hay en un suelo para que lo puedan tomar las raíces de las plantas.
Por ejemplo, en un suelo puede haber mucho Fósforo, pero si no está soluble, a la planta no le sirve para nada ya que no lo puede tomar. Pues el pH influye en la solubilidad del Fósforo y de los demás minerales y, siguiendo con el ejemplo, en suelos alcalinos, hay una gran parte de Fósforo insolubilizado y en estos suelos existe mayor riesgo de carencias de este elemento que uno que sea ácido o neutro.
Repito: los pH’s extremos pueden (no necesariamente) provocar la escasez de unos u otros nutrientes y las plantas lo acusarán amarilleando las hojas, floreciendo menos, dando menos frutos, disminuyendo el crecimiento, etc., etc.. El problema se agrava si son pH’s más fuertes, tanto muy ácidos (pH=5 o menor) como muy alcalinos (pH=8 o mayor).
Veamos cada una de las tres situaciones:
- Suelo ácido (pH<7)
- Suelo neutro (pH=7)
- Suelo alcalino (ph>7)
1) Si tu suelo es ácido (pH<7)
En España, Galicia o Extremadura, por ejemplo, son regiones que por su naturaleza geológica abundan los suelos ácidos. Estos suelos son ideales para plantas acidófilas como Azalea, Rododendro, Hortensia, Camelia, Brezo, Gardenia, etc..
Un terreno ácido tiene el problema de que pueden escasear los siguientes nutrientes:
Fósforo
Calcio
Magnesio
Molibdeno
Boro
Saber determinar si las plantas están sufriendo carencias de alguno de estos elementos no es nada fácil, hay que conocer la sintomatología específica, pero partiendo de que el suelo es ácido, será una pista importante y, en su caso habría que:
Aportar los nutrientes que están faltando mediante fertilizantes.
Además, subir el pH adicionando caliza molida.
Por el contrario, en los suelos ácidos abunda el Hierro, el Manganeso, el Zinc y el Aluminio, e incluso pueden producir toxicidad por exceso.
Si fuera muy ácido, es decir, con un pH<5,5, SÓLO se podrían plantar acidófilas, y sería más que conveniente subir ese valor de pH si no queremos limitarnos a un puñado de especies, las acidófilas. Se sube incorporando caliza molida, lo que se llama hacer un ‘encalado’.
2) Si tu suelo es neutro (pH=7)
Irán bien la mayoría de especies de plantas. Las acifófilas si bajas algo el pH estarán mucho mejor.
En cuanto a los nutrientes, hay una óptima disponibilidad de todos los que las plantas necesitan normalmente, sin descartar alguna carencia puntual independiente del pH.
3) Si tu suelo es básico o alcalino (pH>7)
Las acidófilas mencionadas anteriormente no irán bien casi con seguridad; las hojas amarillearán y darán pocas flores. Esto se debe a que en los suelos alcalinos escasean varios elementos solubles esenciales para todo vegetal:
Hierro
Manganeso
Zinc
Cobre
Boro
Pero no sólo las acidófilas (Hortensia, Brezo, Gardenia, etc.) pueden acusar estas carencias de Hierro, Manganeso y otros, sino muchísimas plantas más. Por ejemplo, un Naranjo, un Limonero, un Hibisco, un Rosal, etc., etc.
Los síntomas de carencias de nutrientes en plantas son variados y como decía antes con los suelos ácidos, no es fácil saber exáctamente de qué elemento o elementos concretos se trata. El Hierro, por ejemplo, se suele manifestar inicialmente con un amarilleo de la hoja permaneciendo los nervios verdes. Más adelante la hoja se vuelve completamente amarilla. Se aprecia en las hojas jóvenes, no en las viejas, al menos en una primera fase, en clorosis avanzadas quedan amarillas todas las hojas, las nuevas y las viejas.
Por tanto, si las hojas de tus árboles y arbustos amarillean, una de las posibles causas es por carencia de Hierro y/o de otros microelementos (Manganeso, Zinc, Cobre y Boro) provocada por estar plantados en suelo alcalino (ph<7) que los insolubiliza (no absorbible por las raíces). Es una posibilidad, hay que estudiar bien si es carencia de micronutrientes o es otra la razón, por ejemplo, un exceso de riego.
¿Qué hacer si se produce esta situación?
Bueno, en primer lugar se podría haber evitado de conocer el pH antes de elegir las especies a plantar, y descartar las que no fueran adecuadas. Por ejemplo, si te gusta mucho un Rododendro y tu suelo tiene un pH=8, olvídate de plantarlo en esa tierra alcalina y hazlo mejor en un buen macetón con sustrato ácido. No obstante, hay personas que quieren, a pesar de todo, cultivar determinadas plantas aunque su suelo natural no sea apto para ellas. En este caso tendrán que hacer lo que sigue más abajo.
El problema común es que una vez se manifiestan los síntomas (a veces varios años, por ejemplo, en árboles frutales), y como no se va a arrancar la plantación, hay que buscar un remedio que consiste en estas 3 acciones:
- Aportar fertilizantes que contengan los nutrientes que escaseen: Hierro, Zinc, Potasio, Manganeso, etc..
- Bajar el pH del suelo.
- Bajar el pH del agua de riego, si es que estás regando también con una que es alcalina (contiene mucha cal).
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